Evalúe a las personas primero

Esta semana he podido cambiar impresiones con diferentes líderes acerca de la necesidad que tienen las empresas, en vista de los retos que hay por delante, de cuidar el factor humano por encima de cualquier otra cosa.

Mi colega Guillermo Rius me decía hace unos días que las compañías que tuvieran en cuenta a las personas en sus planes, tenían muchas posibilidades de salir adelante, pero lo que era seguro es que si no lo hacían, sus planes tendrían muchas posibilidades de fracasar.

Y es que las necesidades de las empresas y sus procesos, deberían estar estrechamente ligados a las capacidades y necesidades de las personas que van a ejecutar los planes. Siempre se dice que algunos de los más resonantes fracasos tuvieron que ver con excelentes planes, pero pésimas ejecuciones.

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Idoneidad en las personas

Del mismo modo que no hay dos personas iguales, no todos los colaboradores cuentan con los mismos perfiles conductuales. El psicólogo e investigador William Moulton Marston definió, allá por 1930, que todas las personas tenemos un perfil conductual determinado, que viene dado por la combinación de cuatro diferentes “ejes”:

Riesgo, Dominio o Determinación
Extroversión, Influencia en las personas
Paciencia, Calma, Estabilidad
Cumplimiento de Normas

Todos nosotros tenemos uno de estos ejes como predominante, y en la conexión con el resto, se conforma nuestro perfil conductual. Cada uno de ellos viene definido por una serie de características que nos hace diferentes a otros. También desarrolló un quinto eje de Autocontrol, que viene siendo el equivalente de lo que hoy se conoce como Inteligencia Emocional, y que marca cuánto de emocionales o racionales son nuestras decisiones.

Con todo esto conformó una completa herramienta que, mediante una serie de preguntas que se contestan en menos de 15 minutos, nos permite conocer con un elevado grado de certeza el perfil conductual de una persona, y compararlo con el perfil ideal del puesto.

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Desencajes en los perfiles

Es muy frecuente que las causas de la baja productividad, bajo desempeño, o la deficiente entrega de valor de una persona no tenga que ver con sus aptitudes, sino con sus conductas.

Si tenemos a alguien tremendamente extrovertido y determinado, buscando informes en un archivo sin moverse de la silla todo el día, su rendimiento siempre estará por debajo de los estándares. Si por el contrario, alguien meticuloso, cumplidor de normas y estable, lo ponemos a vender, probablemente los resultados sean igualmente catastróficos.

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A través de esta compleja herramienta ayudamos a nuestros clientes y prospectos a conocer el perfil conductual de sus líderes, a interpretarlo, y a formular soluciones personales en forma de planes de acción, o recomendaciones a la empresa, para mejorar sustancialmente los rendimientos de estas personas.

No dude en escribirnos a info@dpersonas.com si quiere tener una demo en la que le podamos ayudar. Verá resultados palpables de forma inmediata.

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