No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy

Como todo refrán es muy sabio, y cuando no lo llevamos a cabo, llegamos a lo que hoy en día llamamos PROCRASTINACIÓN. Es cuando posponemos deliberadamente tareas pendientes, incluso cuando tenemos el tiempo para hacerlas. Es una conducta muy común, y al ser aprendida, la buena noticia es que se puede desaprender.

¿Qué es la procrastinación?

En el New York Times, se publicó un artículo titulado Procrastinar no es un asunto de holgazanería, sino de manejo de emociones. En dicho artículo, nos dejaban claro que cuando procrastinamos, somos conscientes de que estamos evadiendo una tarea. Además sabemos que hacerlo no es una buena idea, y aún así la seguimos posponiendo; eso provoca un círculo vicioso, ya que no sabemos gestionar los estados de ánimo negativos en relación con una tarea determinada.

Según Tim Pychyl, profesor de Psicología de la Universidad Carleton de Ottawa, “la procrastinación es un problema de regulación de emociones, no es un problema de gestión del tiempo.

Una determinada tarea la tenemos asociada con algo negativo, y aunque huyamos de ella sigue pendiente, así que cuando volvamos a ella lo haremos con más estrés, ansiedad y por supuesto sentimiento de culpa.

Tenemos que ser conscientes de ello, puesto que se convierte en una dinámica que frena nuestro ritmo diario, nos aleja de nuestros objetivos, e incluso a veces de nuestros valores.

¿Qué nos lleva a procrastinar?

Todos tenemos determinadas tareas, en nuestra vida laboral y personal, que nunca nos apetece hacer, aunque sepamos que son importantes que debemos hacerlas y que no es bueno que las aplacemos…pero ¿porqué lo hacemos?

Puede ser por saturación, tenemos demasiadas cosas pendientes, y es bueno que diferenciemos lo importante de lo urgente, lo que se puede aplazar de lo que no, y establecer prioridades y marcar tiempo estimado para cada tarea. También puede ser por impulsividad, solemos empezar varias tareas a la vez, sin planificar, y a las que no llegamos, por tanto, nos sentimos frustrados.

Otro sentimiento que nos puede llevar a la procrastinación es el de rabia e impaciencia, pensamos que podemos con todo, y tenemos limitaciones, y entonces nos sentimos impotentes y nos enfadamos, y no hacemos lo que debemos.

Por último, no hay que olvidarse de que muchas veces, queremos ser tan perfeccionistas y no fracasar, que nos auto exigimos demasiado y a veces lo perfecto no existe, o el concepto es ambiguo.

Procrastinación website 1 3

¿Cómo evitar la procrastinación?

  1. Establece tus objetivos y prioridades
  2. Planifica tu día
  3. Divide la tarea en subtareas y ejecútalas
  4. Delega cuando sea necesario y puedas
  5. Elimina distracciones y no te estreses
  6. Recompensa tu esfuerzo
  7. Personaliza estrategias

Sin duda, un imprescindible es realizar una organización coherente de tu tiempo, priorizar objetivos, utilizando eficientemente los recursos que tenemos, combinando las tareas que menos nos gustan con las que disfrutamos.

Termino con una cita de Don Marquis, periodista, humorista y escritor norteamericano de la primera mitad del siglo XX: “La procrastinación es el arte de mantenerse al día con el ayer”.

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