Cuantas veces nos ha pasado que no hemos sabido decir que no, y hemos hecho algo que no nos apetecía, no nos gustaba, o simplemente no queríamos. Por no quedar mal, por no herir a la persona que nos lo pedía, o simplemente porque no sabemos decir no, nos hemos visto envueltos en una situación incómoda.
Puede ser visto como algo de mala educación o poco cortés, pero es todo lo contrario, nos evita involucrarnos en cosas de las que nos arrepentiremos en el futuro. Nos ayuda a desarrollar nuestra autoestima, porque nos hace sentirnos más seguros y libres para tomar nuestras propias decisiones, y llevar el timón de nuestra vida. Con ello, alejamos de nuestra mente la sensación de manipulación, que podemos sentir cuando hacemos algo porque otra persona nos lo ha dicho, pero no porque nosotros queramos.
Aprender a decir no, no es una tarea fácil, pero lo podemos ver como la manera de expresar lo que necesitamos o sentimos. Implica valorar nuestro tiempo, respetarnos y ser más coherentes con nosotros mismos. Pero ¿y en las empresas, sabemos decir no? Pues seguramente todos tenemos algún ejemplo en el que nos hubiera gustado decir que no, y no lo hicimos, y por ello nos hemos estado atormentando. Tanto desde la visión de un líder, como de un colaborador, es sumamente importante que lo hagamos cuando el momento lo requiere, y de la manera adecuada. Cuando no lo hacemos, básicamente se debe a que no tenemos suficiente confianza en nosotros mismos, o sentimos miedo al rechazo de los demás, a futuras represalias, a una posible presión del grupo, o incluso, a que otras veces lo intentamos y no salió bien.
Me gustaría destacar, que no saber negarnos a tiempo, puede provocar ansiedad, tristeza e incluso que acabemos “quemados” en nuestro puesto de trabajo, con las innumerables consecuencias negativas que eso tiene para nosotros y nuestro entorno. Según Bruce Tulgan, autor y fundador de Rainmaker Thinking, “La única forma de tener éxito es aprender a decir que no, haciendo que las personas se sientan respetadas”, y diseña cuatro estrategias para saber decir no adecuadamente:
- Hacer las preguntas correctas y tomar notas. Con ello muestras respeto por la persona que te pide hacer algo, y también por el proyecto encomendado. Mientras más preguntas hagas sobre la tarea, y más interés muestres, más fácil será decir no.
- Dar buenas razones para decir no. Debes justificar tu respuesta negativa y ofrecer alternativas, o si es a tu jefe, le puedes pedir que cambie tus prioridades en lugar de que te asigne una tarea nueva.
- Facilitar el éxito de la otra persona. Ofrecer que lo haga otra persona en tu lugar, o si no es urgente, decir en que plazo de tiempo lo podrías hacer. Demuestras tu profesionalismo y tu deseo de ayudar.
- Hacer un seguimiento del caso al que dijiste no, para seguir construyendo una buena relación, y reforzar la confianza a pesar de tu respuesta negativa.
Considerar decir no, como una habilidad directiva más, nos ayudará a dar sentido a nuestra manera de liderar. Mejoraremos la calidad de vida en el trabajo, sabiendo lo que queremos, y tomando las decisiones oportunas. Como todo reto, requerirá invertir tiempo para trabajar en ello, y sobre todo, que seamos conscientes que queremos hacerlo de manera diferente, para que los resultados sean distintos. Así que, en aquello que consideres, empieza a decir no de manera asertiva, reflexionando antes de hablar, comunicándote de manera más efectiva, y sobre todo, teniendo una gran confianza en ti mismo.
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