A medida que cumplimos años el tiempo pasa más rápido, aunque esa percepción es totalmente subjetiva y varía según distintos factores. Hay momentos que nos gustarían que fueran eternos, que permanecieran siempre, y que se mantuvieran con nosotros, y en cambio hay otros que nos duelen o no queremos recordar, y ahí si agradecemos que el tiempo pase rápido. Cuando hacemos algo que nos gusta mucho el tiempo parece que se acorta, y en cambio, cuando experimentamos actividades nuevas, el tiempo parece hacerse más lento, porque nos focalizamos en algo determinado. Romper con las rutinas e iniciar actividades diferentes nos ayuda a dilatar la percepción del tiempo.
En nuestro día a día nos invade la sensación de que no llegamos. Nuestras agendas se llenan de reuniones, llamadas, lecturas de correos, además por supuesto de nuestro trabajo y nuestra vida personal, y eso hace que nos sintamos desbordados a veces, por no decir estresados. Acudir al yoga o al mindfulness son terapias que nos ayudan a liberar nuestro estrés, mejorar el rendimiento y gozar de cada momento, centrando tu atención en cada detalle. Gestionar y controlar bien nuestro tiempo nos ayuda a tener una mejor calidad de vida.
Hablando con mis coachees, es una de las metas más elegidas para trabajar en nuestros procesos. Buscan eficiencia y eficacia a la hora de utilizar su tiempo, pero no saben como hacerlo, y sobre todo buscan equilibrar la balanza de su vida personal y profesional. Esto se produce porque en las empresas surgen varios obstáculos, que impiden gestionar eficazmente el tiempo, tales como un exceso de comunicación, (ya sea a través de reuniones, correos, mensajes), falta de concentración, (debido a las numerosas interrupciones), también porque se manejan demasiados datos o información, que muchas veces no aportan nada y nos apartan del foco de lo importante, y sobre todo porque no se delega lo suficiente.

Citando a Dwight Eisenhower: “Lo importante rara vez es urgente y lo urgente rara vez es importante”, para diferenciar ambos conceptos utilizó una matriz de decisiones para tomar acción y organizar sus tareas, en base a cuatro posibilidades.
- Urgente e importante (tareas que tienes que hacer de manera inmediata).
- Importante pero no urgente (tareas que programas para hacerlas más adelante).
- Urgente, pero no importante (tareas que puedes delegar en otra persona).
- Ni urgente ni importante (tareas que tienes que eliminar).
Esta matriz ayuda a tener claro como tomar decisiones en cuanto a las tareas a realizar. Teniendo este cuadrante claro, sólo falta ser consistentes y rellenarlo diaria o semanalmente, para tener claro en qué y cómo utilizamos el tiempo de manera más óptima. Esto ayudará a invertir el tiempo preciso para cada una de las tareas de la vida, ya sean en el ámbito profesional y personal, poniendo el foco en la delegación en el equipo, creando futuros líderes, que sepan priorizar y gestionar su tiempo de manera autónoma, para conseguir las metas y proyectos propuestos.
Interacciones con los lectores