Que el año que comienza no va a ser fácil no es noticia. Que eso nos pasa cada año, tampoco. Pero que el futuro va a ser radicalmente distinto a lo que hemos conocido, ya no está en discusión. Podemos centrarnos en mitigar los problemas de seguridad, adelantarnos al sargazo, mejorar las instalaciones, adecuar la oferta a un público cada vez más informado y demandante, pero eso no es nada en comparación a los cambios estructurales que va a sufrir el sector del turismo en los próximos años.
Es por eso que cada vez más esta industria está preocupándose de tener profesionales “responsables”. Cuando en nuestros programas hablamos de responsabilidad, separamos la palabra en sus dos partes: “Respons” y “Habilidad”, en un juego de palabras que nos permite aterrizar en los directivos la necesidad de contar con la “Habilidad para dar Respuestas”. Y es que hoy en día cualquier directivo, más que conocimientos o experiencias de lo que fue en el pasado el turismo, debe contar con esta Competencia para dar respuesta a los nuevos retos.
Y todo el mundo a estas alturas sabe que los conocimientos se adquieren, pero las competencias se entrenan. Y ahí algunas preguntas: ¿Cuánto tiempo dedicamos a que nuestros equipos entrenen sus competencias? ¿Cuánto tiempo dedican a ensayar, a equivocarse, a buscar nuevas formas de hacer, a reflexionar con sus equipos sobre mejores prácticas? Sí que lo hacen cada día, pero jugándose el capital de los accionistas en una suerte de doloroso proceso de ensayo y error. ¿Se imagina el lector cualquier equipo deportivo entrenando jugadas y lanzamientos a puerta en una final a cara de perro? Eso, y no otra cosa, es lo que hacemos en la empresa cada día con muchos de nuestros ejecutivos. Y claro, los resultados se resienten y la frustración no tarda en llegar. Y con ello los peores resultados que redondean el círculo vicioso.
Entrenar para ganar
De ahí que nuestro trabajo como consultores especializados en ayudar a las empresas en sus procesos de cambio con quienes los hacen posible, que son las personas, esté teniendo tan buena aceptación en las empresas. Cuando entrenas te preparas en un entorno seguro para la competición. Cuando entrenas no tienes miedo a equivocarte, y con el error indoloro llega el aprendizaje sin costo. Entrenando visualizas el éxito, lo acaricias, y lo vives antes de que llegue. Con ellos preparas la mente de los equipos para el éxito, y evitas el miedo al fracaso. Sólo cuando visualizas el éxito, puedes llegar a conseguirlo. ¿Cuántos equipos salen a “tratar de”, a “intentar”?…. Si sales a empatar, pierdes. Sólo los equipos bien preparados, los equipos entrenados, logran sus metas.
Un mundo nuevo
Y es que hasta los procesos de aprendizaje están cambiando, en un mundo en el que la experiencia del que lo hizo antesya no es válida. El mecánico especialista en carburadores de doble cuerpo poco puede ayudar al aprendiz cuando el motor ya se alimenta con inyectores. Hoy no basta con intentar dirigir como a mi me dirigieron, porque el mundo ya no es el mismo.
Dicen que no tomamos decisiones porque sean difíciles sino que, como es difícil tomar decisiones de cambio, permanecemos en lo que nos hizo buenos y diferentes en el pasado.
Pida ayuda
No está sólo. Levante la mano. Déjese acompañar este trecho del camino por profesionales, gente que le va a ayudar a tener un correcto diagnóstico, a saber si su estructura, equipo y cultura le va a servir en el reto que tienen por delante. Déjese ayudar a entrenar a su equipo, atrévase a buscar nuevos jugadores especialistas en cada área, y empezará a ver los resultados.
La industria de turismo de Cancún crecerá en la medida en que lo hagan sus equipos, y será tan fuerte como el competidor más débil; y eso lo saben todos los clientes. Todos somos responsables de la mejora del grupo. No mire para otro lado si no es para prestar ayuda a otros. Empecemos por nosotros mismos. Y hagámoslo hoy, que para mañana igual es tarde.
Artículo publicado en Reportur
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