Hace algunos días, mantenía con algún colega de la profesión una animada discusión acerca de las figuras del asesor y del vendedor. Como no nos poníamos de acuerdo, le envié un correo que extracto aqui. Mientras él mantenía que nunca se había considerado un vendedor, yo argumentaba que asesorar bien al cliente y vender no son cosas incompatibles. Se me ha ocurrido dejar aqui colgadas estas reflexiones por si le pueden ser de utilidad a alguien más que a mi estimado colega y a mi.
Yo soy un vendedor
Y a estas alturas lo digo con orgullo.
- Soy un vendedor porque disfruto descubriendo necesidades en los clientes y ofreciéndoles soluciones que les son de utilidad.
- Soy un vendedor porque me esfuerzo siempre en ofrecer mi mejor aspecto, mi mejor sonrisa y mi mejor predisposición a servir. Porque me esfuerzo en darle mi mejor primera buena impresión.
- Soy un vendedor porque trato cada mañana de que la empresa que me paga, a la que el mercado valora en parte por sus resultados, cada vez sea más fuerte.
- Soy un vendedor porque en cada cosa que hago busco la excelencia, busco que la otra parte obtenga lo mejor de mí.
- Soy un vendedor porque quiero ser el único responsable de lo que pasa en mi vida laboral y personal. Porque he elegido ser protagonista y no espectador. Porque disfruto teniendo una actitud mental positiva
- Soy un vendedor porque me planteo unos objetivos cada año, cada mes, cada semana, cada día. Porque creo que sólo así se avanza.
- Soy un vendedor porque pienso que es la profesión más digna. Es la única que mete gasolina a la empresa de forma directa para que la máquina siga funcionando.
- Soy un vendedor porque creo que sin clientes no hay empresa
- Soy un vendedor porque disfruto preparando una buena entrevista, porque me apasiona el contacto con las personas, porque me encanta negociar, cerrar un trato, volver a ver al cliente, pedirle referencias…
- Soy un vendedor porque me encanta el concepto del win-win. Si tú ganas, yo gano. Y si no dejémoslo.
- Soy un vendedor porque me encanta preguntar y me esfuerzo por escuchar otros planteamientos, otras formas de ver las cosas.
- Soy un vendedor porque disfruto escuchando a los clientes. Disfruto averiguando lo que temen, lo que les gusta, lo que odian, lo que disfrutan. Creo que si conozco todo esto me acercaré a lo que quieren y ellos me querrán más a mí.
- Soy un vendedor porque cada objeción, cada NO, es un reto, un peldaño más que subir, un obstáculo más que vencer.
- Soy un vendedor porque me encanta defender mi precio, porque me encanta poner en valor el servicio que doy.
- Soy un vendedor desde que tengo uso de razón porque descubrí que en cada relación, en cada gesto diario, hay una venta. Hasta para echarte novia has de vender tu producto, lo mejor que tienes: ¡¡¡¡¡Tú mismo!!!!!
- Soy un vendedor porque me encanta que el cliente crea que le doy mucho más de lo que espera recibir por lo que paga.
- Soy un vendedor porque disfruto eliminando de mi vida los malos rollos, porque vender me permite buscar el lado bueno de los productos y servicios, y con ello he entrenado para ver el lado bueno de la vida. Soy un vendedor porque intento pensar antes de hablar.
- Soy un vendedor porque puedo asesorar, porque no me gusta despachar, porque no creo que sea bueno hacerlo y porque no creo que lleve a ningún lado.
- Soy vendedor porque no me gusta mentir a mis clientes, porque nunca he hecho nada que perjudicara sus intereses a sabiendas.
Por todos estos motivos, yo si soy un vendedor. Al menos lo intento cada día con todas mis fuerzas. He conocido y conozco estupendos vendedores de los que intento aprender en cuanto tengo ocasión. Les tomo prestados un buen gesto, una sonrisa, una mueca, un buen argumento, una buena salida, una reflexión inteligente… El dia que aprenda a hacerlo bien ya va a ser la leche, y en ese empeño estoy cada día.
Asi que lo digo con orgullo. Soy vendedor. Y no me pasa nada.
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