Copio al final de este post una escena de Glengarry Glen Ross (gracias Pablo por descubrírmela hace ya algunos años) en la que Alec Baldwin, el jefe de una banda de vendedores, se desplaza desde la central para “animar” las no ventas que se estaban produciendo. Lo llamo “banda” porque para entonces no eran ni un equipo. Cada uno hacía lo que mejor le venía, nadie trabajaba por un fin mutuo, y desde luego los valores de disciplina, esfuerzo, sacrificio, compañerismo, etc… brillaban por su ausencia. La lista de excusas que se ponían para mejorar la producción era interminable. Pero una de las frases cumbres de un agresivo Baldwin a uno de los vendedores es la de:
-¿Qué las fichas son malas? ¿Qué las p fichas son malas? Usted si que es malo.
Y desde entonces, cada vez que oigo un argumento de ese tipo me acuerdo de Baldwin, y que conste que no por estar de acuerdo con las formas de dirigirse a su gente, porque de estar en algún sitio, estoy en las antípodas de este tipo de comportamiento.
Es cierto, quizá he empezado muy cañero este post. Pero es la ventaja que te da el blog frente a otros medios de comunicación. Veo el video y escribo lo que siento. No podemos estar todo el día pendientes de que alguien haga algo por mi vida que ni siquiera yo estoy dispuesto a hacer por mi mismo. Necesitamos levantarnos de este estado de shock en el que todo el mundo parece haberse instalado. No hay actividad cotidiana que uno haga en la que no se encuentre con alguien que te dice ¡Está la cosa mal! Y lo peor es que el “cenicismo” se transmite más rápidamente que el “optimismo”.
Hace años tenía a un compañero que me decía: Cuando te pregunten ¿que tal?, siempre hay que responder que “muy bien”, por una sencilla razón: Si es un amigo se alegrará, y si es enemigo que se fastidie. Bueno, es otra manera de verlo, pero yo prefiero seguir haciéndolo así. Eso, o decir como un buen amigo: ¿Qué prefieres que te conteste? ¿Bien?, o tienes un ratito y te cuento….
Desde ahora, y como primera medida, me suscribo desde aquí a la iniciativa de Senior Manager de abandonar el uso de la palabra maldita de seis letras que aquí intentaré no volver a repetir: CRISIS.
Me gustan mucho más algunas de las iniciativas que terminé de leer el fin de semana en un espléndido libro de Sergio Bulat titulado “El arte de inventarse profesiones”. Reflejan claramente otro tipo de actitud ante los retos y las oportunidades que tenemos por delante con los que me siente plenamente identificados. Espléndido y muy recomendable libro.
Interacciones con los lectores