Desarrollar el Talento en nuestra gente

He estado un par de semanas dirigiendo unos talleres sobre la gestión del talento en las organizaciones. Me los ha encargado una consultora para un grupo de directivos de un cliente suyo, una importante multinacional.

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Trabajar en este tipo de talleres, con extraordinarios profesionales, tiene muchas ventajas. La primera de ellas es la cantidad de cosas que te llevas, que aprendes de ellos. Dicen que la mejor manera aprender es enseñando, y es una verdad como una casa. Preparar estas sesiones a conciencia para poder entregar algo de valor, hace que en el viaje tú también aprendas cosas nuevas. Ken Bain, en su libro “What the best college teachers do” dice una frase muy interesante:  Part of being a good teacher is knowing that you always have something new to learn. ¡Siempre hay cosas que aprender!

Otra de las ventajas es que te permite conocer modelos de negocio exitosos, que funcionan gracias al trabajo y la inteligencia individual y colectiva de años. Funcionan gracias a las personas que están, y a las que estuvieron.

Peter Drucker dijo en una ocasión:  “Un número muy grande de ejecutivos, probablemente la gran mayoría, no permanecerá con sus empresarios actuales, o en su línea de trabajo actual, hasta la tradicional edad del retiro. Pero seguirán trabajando, más o menos a tiempo completo, hasta más allá de los 75 años… Mientras continúen trabajando, volverán de una manera u otra a las aulas, y no me refiero a leer un libro o asistir a un seminario, sino a las aulas universitarias”

Yo lo he podido comprobar en mi actividad docente en La Salle, y en el Comité de Estrategia del Center for Sports and Business Management del IESE del que soy miembro. Cada día hay más profesionales que desean adaptarse a este mundo tan cambiante, a este mundo en el que las reglas varían cada día, y encuentran un lugar extraordinario para hacerlo en los centros universitarios.

Pero contar con las capacidades, las competencias, y los conocimientos de las personas no es  suficiente en este tiempo. La fórmula del talento es Competencias x Compromiso. Si contamos con las aptitudes de los profesionales, pero no contamos con su compromiso, si las actitudes no son las deseables, el talento que pondrán al servicio de las organizaciones será igual a 0.

Es por eso que este tipo de sesiones, este tipo de talleres con altos directivos, cobra tanta importancia. Entrenarse en obtener lo mejor de su gente, incitarles a poner su talento al servicio de la empresa, hacerles sentir que son tenidos en cuenta, que se valoran sus iniciativas y sus ideas, es la mejor manera de obtener su talento. 

Y creedme que lo que hay en juego es mucho más de lo que las organizaciones se pueden imaginar.

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