Pocas veces cuento en este blog experiencias personales, pero para eso están las normas que uno se autoimpone, para saltárselas cuando la ocasión lo merece.
Hoy me he decidido a hacer unos cambios en las líneas de mis teléfonos particulares y de empresa. Es de esas cosas que siempre te dan pereza, que llamas a un teléfono y te dan muchas largas para luego acabar diciéndote que te pases por un distribuidor, etc… Quien quiera que haya pasado por una experiencia así sabe la pereza que da. Pero hoy me he armado de valor y me he ido a un centro del operador.
Ayer ya había hecho el intento, la verdad, pero no me había atrevido. No me sentía con fuerzas, pero hoy sí, hoy me he armado de valor y me he presentado allí pertrechado de papeles. Hoy era uno de esos días fríos de verdad en Madrid, así que he pensado que un rato al calorcito del distribuidor no me vendría mal.
Una vez allí, los primeros problemas.
Que si has de llamar al teléfono, que desde aquí no podemos, pero eso es una locura, me van a tener 20 minutos colgado, espera que yo llamo que yo sé, tienes que decir cobertura y te ahorras algunos pasos, pero es que yo tengo mala suerte, trae que yo me encargo… Una hora después salía como había llegado, sin poder hacer nada de nada por protocolos internos que ninguno de los que allí estábamos entendíamos. Bueno, peor, porque sin percatarme, ya no me llegaba el correo al móvil. Pero claro, de eso me he dado cuenta por la tarde, cuando he echado en falta la malvada luz roja parpadeante. Y entonces he vuelto.
Pero bueno, otra vez por aquí, pues sí, es que ahora no tengo correo, pues déjame que yo me encargo, no por dios, que eso ya me lo sé, que no he puesto mucho tiempo en el tique de la hora del coche, señorita mire que lo que yo quiero es que me hagan.. ¡no!, no le digas eso, que eso ya lo hemos intentado por la mañana, que te desvían de nuevo al departamento de sucesos incontrolados, bueno que me bajo a poner otro tique, que llevamos media hora más, qué locura, esto no puede ser, no me hacen caso ni a mí que soy el de la tienda, ¿has probado a marcar nueve veces el 6? A veces funciona, a una tía mía le pasó, a ver si va a ser eso, nada que no es….
¡Pero tras pasar en total 2 horas en la tienda entre la mañana y la tarde me lo han arreglado!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Sólo ha hecho falta interés, ganas, algo de gracia, pasión por ser de utilidad, paciencia para lidiar con sus propios compañeros del call center, y más ganas, para echarme una mano. Esa persona de la tienda ha hecho suyo el problema y me lo ha quitado a mí, ganándose el sueldo con creces. Volveré, porque estaba loco por venderme mientras tanto tropecientos canales de televisión que no veo, pero sólo por los desvelos lo recomendaré a todo bicho viviente. Si este hombre estuviera en un zoo sería el mejor cuidador, pero si estuviera en el comité de dirección de una empresa, sería el mejor CEO. No hay nada que se ponga por delante cuando alguien se empeña en hacer bien su trabajo. Nada. Quizá haya repetido esta frase, mi favorita, en el blog alguna vez, pero hoy viene al pelo. Es de Henry Ford y dice así:
Con entusiasmo hay logros, sin él sólo pretextos.
Gracias a todos los que hacen extraordinariamente bien su trabajo pese a las casas que les pagan.
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