Pues eso, que no se puede decir que el equipo nacional de Basket no haya luchado hoy en su partido de cuartos de final contra una joven, pero muy disciplinada y organizada, Serbia.
Lo último que querría aqui hoy es aburrir con cifras, pero un jefe que tuve me dijo que me apoyase siempre en cifras, porque éstas aportaban objetividad y aplomo a mis afirmaciones.
El últmo triple lo ha metido un jugador apellidado Teodosic. Había tirado siete tiros de tres puntos antes y había metido sólo uno. Serbia ha hecho en lo que llevamos de campeonato un 39% de acierto en tiros de tres. Teodosic un 31% metiendo 11 de 35 intentos. Así, a lo bestia, dos tercios de las veces que tire un triple desde 6,25 lo fallaría. El porcentaje de posible fallo se eleva si el triple lo intenta a falta de tres segundos para el final, desde 9 metros, y con la mano de un tío de 2,07 delante.
Si te ganan así, pues qué le vas a hacer, les felicitas, te vas a casa, o mejor a jugar del 5º al 8º, y otra vez será.
Pero la clave no sólo ha estado para mí en éste último tiro, o en la desgraciada jugada del final con el balón rodando por el suelo….. De no haber llegado aquí tan igualados (ver estadísticas), nos habría dado igual ese triple.
Hay que reconocer que Serbia ha sido mejor equipo, tiene un extraordinario conjunto, y me recuerda a la España de jovenzuelos descarados que durante algún tiempo, mucho para nuestro disfrute, han sido los nuestros.
¿Cambio de ciclo? No sé si se puede llamar así, pero las derrotas te permiten repasar lo que puedes mejorar, lo que hay por trabajar, y los cambios que se tienen que hacer si quieres aspirar al podium en siguientes eventos.
En cualquier caso, el partido ha sido un espectáculo de buen juego por ambos equipos, de tensión, de no dar una bola por perdida… Yo me lo he pasado en grande….
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