Con frecuencia nos encontramos en nuestros programas de Competencias Gerenciales con líderes que lo son habiéndose acostumbrado a obedecer y limitarse a hacer lo que le decían. Y no tengo dudas de que esa forma de hacer, que le permitió llegar hasta allí, tiene todo el sentido para él o ella. Pero nuestro trabajo es estimular, despertar, un sentido crítico que en ocasiones permanece adormilado tras años de no usarlo.
Los mejores líderes que he visto cuestionan las cosas, no se conforman con los “porque así sea hecho siempre”, provocan nuevas soluciones, arriesgan al emitir sus ideas y opiniones, frente a los que simplemente ni se lo cuestionan. Muchos de ellos no lo hacen por no “desobedecer”. “Si haciendo lo que hago y como lo hago, he llegado hasta aquí, ¿para qué cambiar?”, parecen decir a veces.
Sin embargo, el mundo es tan competitivo y tan cambiante, que quien no se adapte estará fuera de su mercado en tiempo récord. Los negocios están, como el mundo, en permanente evolución, y las empresas que tienen a sus mandos medios adoctrinados para obedecer, se pierden nuevas ideas, se pierden iniciativas valiosas, se pierden, en definitiva, su talento.
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Hable con ellos
Haciendo este guiño a la provocación del muchas veces premiado y reconocido por su provocación, Pedro Almodóvar, animamos a las empresas a conocer lo que sus colaboradores tienen que decir. A escuchar iniciativas que permanecen latentes, ocultas, bajo la engañosa justificación de la obediencia debida. Con un grupo de gerentes con los que trabajábamos estos días hablábamos de esto, de la necesidad de provocar cambios, de que estábamos todos seguros que es lo que necesitan las empresas, pero que eso no sería posible sin que ELLOS provocaran el cambio.
Y no se trata de desobedecer instrucciones, pero sí de confrontarlas con toda la educación y contraargumentos disponibles, sí de cuestionar la mayor tantas veces como fuera necesario, si creen tener una solución mejor para la empresa. Esa no es sólo una buena opción; debería ser la razón de ser de un ejecutivo que aspire a crecer y a aportar más a la empresa para la que trabaja. Para eso han de ser escuchados por sus jefes, y a la vez, escuchar a sus colaboradores.
Comunicar, comunicar, comunicar.
A las dos cosas que ha de hacer cualquier directivo del mundo en cualquier sector, tomar decisiones y dirigir personas, se le suma esta tercera que es comunicar. Siempre estamos comunicando. Cuando escuchamos, cuando no lo hacemos, cuando hablamos por los codos y cuando callamos. Siempre estamos comunicando. Nuestra gente siempre está observándonos en esta sensible tarea.
Es por eso que es la primera competencia que trabajamos en nuestro programa. En TODOS los estudios de clima que hemos hecho y para los que hemos organizado planes de acción, la comunicación suele estar en las puntuaciones más bajas. Por eso es lo primero que hay que trabajar. Por eso y porque con una adecuada comunicación las ideas fluyen, las conversaciones se dan, la gente se siente valorada, la confianza crece y los resultados llegan.
Cambiar de un círculo vicioso de mala comunicación, a uno virtuoso como el que acabo de describir, sólo tiene un responsable: USTED. Cambie para que todo cambie. Estimule el pensamiento crítico, permita aflorar el talento de su gente, y tendrá éxito. No lo haga, siga igual, y desaparecerá. Así de tajante. Si necesita ayuda, búsquela, nosotros podemos ayudarle, pero recuerde que no hacer nada para cambiar es estar tomando una decisión: Esa, no hacer nada. Y puede ser la que más cara le salga.
Buena semana!!!!
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