Ahora que comenzamos Septiembre me ha venido a la cabeza el tiempo de pretemporada. Todos los equipos comienzan su temporada con una pre-temporada. Un tiempo en el que se ponen a punto, en el que entrenan con otros equipos en partidos amistosos, en el que mejoran habilidades que les van a ser útiles a lo largo del campeonato. Estos días sirven también para desperezarse, para poner el reloj biológico en marcha, para adaptarnos progresivamente a la competición. Gracias a un buen amigo que he conocido estos días, y con el que he compartido inquietudes baloncestísticas, de formación y de empresa, Juanjo Hernández, he encontrado esta estupenda página de basket, de la que pego la pretemporada de un grande, Louis Bullock, para que se entienda un poco mejor el esfuerzo que se hace estos días sin los focos delante.
En muchas empresas, la pretemporada es muy corta, apenas una semana, la primera de Septiembre, en la que todos los compañeros se terminan de incorporar. En esta mini pretemporada aprovechamos para diseñar la última campaña cuatrimestral. En ella nos jugamos el año hasta las navidades. Utilicemos esta semana para hacer una verdadera pretemporada. Esforcémonos esta semana en poner a punto nuestra mesa, en limpiar el escritorio del portátil, en ordenar el tarjetero, en cerrar citas comprometidas las siguientes semanas, en vaciar la media docena de “pendrives” que llevamos siempre en la maleta, en hacer las dos o tres llamadas de cortesía a algún cliente importante, en saber de nuestros familiares cercanos, en preguntar a los compañeros por sus vacaciones. Pongámonos a punto….
La suerte está echada. El espectáculo continúa………………
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