Hablaba hace unos días con mi buen amigo Marco sobre la diferencia entre hacer las cosas bien o hacerlas de forma extraordinaria. Aquí en Dominicana, por la influencia del norte que tenemos, hablamos de “dar la milla extra”, de conseguir resultados excelentes en lugar de sólo conseguir los retos propuestos. ¿Está la gente dispuesta a entregar su milla extra? ¿Qué clase de motivación se necesita para hacerlo?
Dar la milla extra supone esfuerzo, supone una mayor dosis de trabajo, supone dedicar más tiempo, cuidar los detalles, revisar la tarea una y otra vez, hacer un par de llamadas más, verificar de nuevo, conseguir más información, contrastar los datos, insistir, perseverar, no tirar la toalla… Dar la milla extra, dar el 120%, implica también preparar el trabajo, planificar antes de hacer, informarse, conocer el entorno, el mercado, las condiciones, y hacerlo de manera esmerada, con cuidado, con rigor y con profesionalidad. Hemos hablado del post y el pre, pero uno da la milla extra cuando entrega su trabajo de forma inmejorable. Lo hace cuando pone pasión y dedicación, cuando se preocupa por el otro, cuando se esmera en poner lo mejor de sí, cuando no sale solo a cubrir el expediente, sino a lograr la excelencia.
El catedrático de la Universidad de Granada y Director del departamento de Educación Física y Deportiva, Raúl Arellano, lleva años investigando como biomecánico de la selección española de natación, trabajando con los nadadores en mejorar sus movimientos, en conseguir la perfección en el deslizamiento en el agua, en minimizar la resistencia… Si no fuera por lo sofisticado de los medios técnicos que utilizan, se podría decir que es un trabajo artesanal, como el del carpintero que repasa cuidadosamente su obra y la lija una y otra vez para eliminar las impurezas. Es trabajar en esa excelencia que se entrega al cliente. Y los resultados se dejan ver. Desde hace algún tiempo trabaja con nuestra nadadora Mireia Belmonte y los resultados son más que visibles…. En éste y otros deportes, la diferencia entre estar en el podium o no estar, son décimas de segundo. Aquí, cualquier mejora, cualquier mínimo detalle, cualquier último esfuerzo, marca la diferencia entre el éxito y el aprendizaje que conlleva el doloroso fracaso.
La ejecución cuenta, pero la actitud marca la diferencia
Las personas que hemos hecho deporte sabemos mucho de eso. Un buen partido de uno excelente se diferencia muchas veces sólo por una cosa: la actitud con la que el equipo, con la que las personas que lo componen, trabaja. Y luego están las cualidades naturales, la preparación, el momento de forma, y otros factores, pero la determinación, la pasión que se pone o no a las cosas, marca la diferencia.
De esto hablaba con Marco, cuando me regalo este video con el que os dejo esta semana. Merece la pena verlo hasta el final y preguntarnos ¿Estoy dando la milla extra? ¿Qué me hace falta para conseguir pasar al grado 212? ¿Qué tengo que hacer para conseguir eso que me falta? ¿Cuándo empezaré? ¿Cómo sabré que lo he logrado?
Buena semana!!!.
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