
Dar la milla extra supone esfuerzo, supone una mayor dosis de trabajo, supone dedicar más tiempo, cuidar los detalles, revisar la tarea una y otra vez, hacer un par de llamadas más, verificar de nuevo, conseguir más información, contrastar los datos, insistir, perseverar, no tirar la toalla… Dar la milla extra, dar el 120%, implica también preparar el trabajo, planificar antes de hacer, informarse, conocer el entorno, el mercado, las condiciones, y hacerlo de manera esmerada, con cuidado, con rigor y con profesionalidad. Hemos hablado del post y el pre, pero uno da la milla extra cuando entrega su trabajo de forma inmejorable. Lo hace cuando pone pasión y dedicación, cuando se preocupa por el otro, cuando se esmera en poner lo mejor de sí, cuando no sale solo a cubrir el expediente, sino a lograr la excelencia.

La ejecución cuenta, pero la actitud marca la diferencia
Las personas que hemos hecho deporte sabemos mucho de eso. Un buen partido de uno excelente se diferencia muchas veces sólo por una cosa: la actitud con la que el equipo, con la que las personas que lo componen, trabaja. Y luego están las cualidades naturales, la preparación, el momento de forma, y otros factores, pero la determinación, la pasión que se pone o no a las cosas, marca la diferencia.
De esto hablaba con Marco, cuando me regalo este video con el que os dejo esta semana. Merece la pena verlo hasta el final y preguntarnos ¿Estoy dando la milla extra? ¿Qué me hace falta para conseguir pasar al grado 212? ¿Qué tengo que hacer para conseguir eso que me falta? ¿Cuándo empezaré? ¿Cómo sabré que lo he logrado?
Buena semana!!!.
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