De regreso

Ya estamos de nuevo en la batalla. Mi estancia en Philadelphia ha resultado ser una de las mejores experiencias de mi vida. Por varios motivos.

El primero de ellos, con mucha diferencia, por las personas con las que he tenido la oportunidad de viajar. Vaya mi agradecimiento a Paula y Elena, unas auténticas compañeras, y a Juanjo, Marcel, Alejandro, Alfredo, Manu, Pablo, Javi y Patricio. Sin ellos la aventura no habría sido tal. A Johana, Carolina y Ana, las echamos mucho de menos y han estado en nuestras conversaciones muy a menudo. Desde aquí también quiero acordarme de lo que hemos aprendido de la delegación suiza, con HP, Uta y Caroline. De ellos nos traemos su seriedad inicial y su desparpajo para hacerse españoles a medida que iban pasando los días.

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El segundo por el contenido académico en sí. Cuando las empresas en USA hablan de management internacional saben de lo que hablan. Empresas iDSC03566nstaladas en docenas de países, con multitud de idiomas diferentes a lo largo del globo, con una gestión de equipos especializada, con una planificación financiera multidivisa sobre la que quitarte el sombrero… Son magnitudes que en muchas ocasiones se nos escapan desde aquí. Y la universidad de allí lo conoce y sabe enseñarlo muy bien. El contenido del programa de La Salle University, soberbio. El trato de colega que me han dispensado los profesores de allí es para estar permanentemente agradecido. Tengo la sensación que dejo allí colegas de enseñanza con los que voy a colaborar mucho en el futuro. Su lema lo hago mío: «Never stop exploring».
Y el tercero de ellos por lo que ha supuesto la experiencia de la “vuelta al cole”. Volver a pisar las aulas. Peter Drucker dijo esto en 2002: “Un número muy grande de ejecutivos, probablemente la gran mayoría, no permanecerá con sus empresarios actuales, o en su línea de trabajo actual, hasta la tradicional edad del retiro. Pero seguirán trabajando, más o menos a tiempo completo, hasta más allá de los 75 años… Mientras continúen trabajando, volverán de una manera u otra a las aulas, y no me refiero a leer un libro o asistir a un seminario, sino a las aulas universitarias”
Y eso es lo que he vivido. Una experiencia repetida y mejorada con el tiempo, enlatada en una dosis de quince días, con un sabor de concentrado en la consciencia que debía disfrutarlo como lo habría hecho 20 años antes.

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Y aunque lo hice hace unos días, cuando llegaba, sin saber lo que me iba a encontrar, lo vuelvo a hacer ahora una vez vivida la experiencia: Agradecer a La Salle la oportunidad que me ha brindado de acompañar a los alumnos del MBAi, y a Bankinter, la empresa para la que trabajo desde hace más de 18 años, la libertad que me ha dado para disfrutar esta experiencia.

Volvemos con ánimos y fuerzas renovadas, con una muesca más en el revolver y con muchas ideas en la mochila. No sé porque se dice que el saber no ocupa lugar…..

CubiertaEl regreso, además, me ha deparado otra satisfacción, ya que a la vuelta se ha comenzado a distribuir en las librerías la segunda edición de “Tiempo para Decidir”. Como de bien nacidos es ser agradecidos, quiero hacerlo también con Joaquín Sabaté y Sergio Bulat, las personas que han dado forma a la idea de esta segunda edición revisada y ampliada en Empresa Activa. Si muchos de los libros de esta editorial me han inspirado durante años, podéis imaginar el orgullo que supone ser uno de sus autores.

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