Equipos de Alto Desempeño

Que las estrellas por sí solas pueden ganar partidos, pero que sólo los buenos equipos ganan los campeonatos, es algo que hemos oído siempre. Pero, ¿por qué se produce esto? La suma de los talentos individuales conforma el conjunto de las capacidades del equipo; y cuando todo ese talento se sabe dirigir bien, no conseguimos resultados incrementalmente mejores, sino exponencialmente mejores.

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Hace unos días trabajamos con un Equipo Directivo en una empresa, en uno de los casos que utilizamos para mejorar el trabajo en equipo. Cuando el grupo trabajó como un equipo, el resultado fue dos veces mejor al mejor resultado de los que de forma individual se lograron. Dos días más tarde le preguntaba yo al director del equipo por quién consideraba el mejor de todos ellos. ¿La respuesta? “Cada uno tiene algo en lo que brilla”.

Personas de sorprendentes capacidades distintas, bien dirigidas, conforman equipos imparables Clic para tuitear

 

Esta es la clave de un buen equipo conformado por talentos diferentes, por personas de sorprendentes capacidades distintas quienes, bien dirigidas, conforman equipos imparables.

¿Cuál es el problema?

Si esto es así, ¿Por qué los líderes no saben gestionarlo para conseguir mejores resultados? En muchos casos no hay respuesta. A menudo nos encontramos equipos compuestos y/o dirigidos por personas que nunca tuvieron un entrenamiento formal en esta área.

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Personas que accedieron a puestos de responsabilidad y no tuvieron más opción que ir aprendiendo del ensayo/error, mientras sufrían ellos, sus colaboradores, y los resultados. Y es que la tentación está en dirigir a todos por igual, sin atender ni a sus diferencias comportamentales, ni a sus diferentes niveles de conocimiento, ni a los diferentes grados de madurez de cada uno de sus miembros, para la tarea está desempeñando.

Café para todos

Como cada uno somos diferentes y tenemos diferentes talentos y formas de ver las cosas, creemos tener el derecho de ser dirigidos de manera diferente para dar los mejores resultados.

Honestamente no sé cuánto de diferencia somos capaces de hacer en equipos numerosos, pero lo que sí puedo aseverar, sin riesgo a equivocarme, es que la persona que está mal dirigida sólo se queda en la compañía el tiempo que tarda en encontrar un nuevo trabajo/jefe. Armar y dirigir un equipo de alto rendimiento, es un arte al alcance de muy pocos.

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A entender y entrenar esto ayudamos desde dpersonas y People Development Consultants, a través de programas de formación y perfeccionamiento transformacionales o Coaching Directivo. ¿El objetivo que nos piden en las empresas para ellos? Ser más más rentables y más eficientes, gracias a un buen nivel de dirección de equipos.

Y aquí la prueba de que lo conseguimos.

Buena semana!!!

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